Construcción toma fuerza en el PIB

• Edificación de carreteras y represas hidroeléctricas suben escaños en la medición del Producto Interno Bruto
• Megaproyectos como el metro, el aeropuerto de Orotina y un posible canal seco, fortalecerán al país

El sector construcción posee una relevancia significativa dentro del ámbito económico de cada país. Su importancia es tal, que a nivel internacional se mide su participación dentro del Producto Interno Bruto (PIB) y su contribución a las Cuentas Nacionales. Estas mediciones se realizan a partir de recomendaciones técnicas de organismos internacionales, lo que posee como ventaja la estandarización de resultados, y permite realizar comparaciones entre diferentes economías o zonas mundiales.

Específicamente, el Sistema de Cuentas Nacionales (documento publicado por las Naciones Unidades en el 2008) plantea que uno de los enfoques para calcular el PIB consiste en estimar el valor agregado de cada una de las actividades productivas de la economía. Las actividades económicas están basadas en la Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las actividades económicas (CIIU), documento publicado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas en el 2009.

Transformación del eje productivo de Costa Rica

En Costa Rica, al estudiar cuál es el valor agregado que cada uno de los sectores productivos le ofrece a la economía, con base en datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR), se observa una transformación con respecto al eje económico que más aporta valor agregado a la economía. En 1966, el sector agropecuario generaba el principal aporte a la economía (economía primaria). Para la actualización de 1991, tanto manufactura reflejada en maquilas (economía secundaria) como los servicios generaraban casi la mitad del valor agregado. Para el 2012, el 40% del valor agregado de la economía lo producen los servicios (economía terciaria), impulsado en parte por todos los centros de llamadas del país, y que brindan servicios de gran valor agregado.

Sector construcción en las economías de América Latina

En el caso del sector construcción costarricense, este ha brindado aportes al PIB cercanos al 5% (en promedio desde el año 2010 al 2016). Al comparar con el resto de América Latina, destaca el hecho de que nuestro país ocupa el puesto 24 de los 32 países que son medidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Esto quiere decir que en América Latina existen 23 economías donde la construcción genera un aporte porcentual al PIB mayor que en Costa Rica. En promedio, para los países de América Latina, la construcción representa un 6,26% del producto interno bruto (en promedio para los años 2010 al 2016), lo que implica que nuestro país está por debajo del promedio en más de 1 punto porcentual.

Lo anterior no se debe interpretar como que otros países tienen más construcción que Costa Rica en términos absolutos. La interpretación correcta va en el sentido de que, del total del PIB de estas economías (independientemente del valor total que se obtenga del PIB), el sector construcción tiene un peso mayor, o representa una porción mayor, relativamente o con respecto al resto de actividades económicas de esos mismos países. Es decir, el impacto de la construcción (o de cualquier otra actividad productiva) sobre la producción se verá afectado por el peso que tengan las demás actividades de la economía. Por ejemplo, estudiando el caso de Costa Rica y Chile y, comprendiendo que el país chileno tiene una economía altamente basada en la actividad de la minería, se puede determinar que como Costa Rica no posee un eje productivo fuerte en minería, entonces el sector construcción tendrá un peso porcentual mayor en Costa Rica que en Chile.

Para poder caracterizar las economías de los países de América Latina, se utilizó una técnica de agrupación estadística llamada análisis de conglomerados, de manera que se formaron grupos de países similares entre sí en cuanto al peso sobre el PIB de sus actividades económicas (tomando como variable fija la construcción). El resultado de la tabla 1 es una visualización del impacto sobre el PIB de distintas actividades económicas, para cada uno de los grupos, donde algunas actividades que componen el PIB permiten explicar similitudes entre naciones y esquemas de producción.

Caracterización de los grupos

El grupo 1 representa el promedio de valores para América Latina, donde destacan valores muy altos en extracción de minas y de manufactura. El peso del comercio y, transporte y comunicaciones, es el más bajo de todos los grupos. Todos los países de este grupo son continentales y muchos tienen grandes extensiones de territorio.

El grupo 2 corresponde a países de El Caribe, donde los valores de minas son prácticamente nulos. Se destaca por tener el valor más alto de intermediación financiera y de comercio. Muy poco de su valor agregado proviene de la manufactura o de la agricultura, pues son países que dependen principalmente del turismo y del servicio brindado por los bancos.

El grupo 3 corresponde al resto de países continentales que no tienen una fuerte explotación minera y su economía se basa principalmente en actividades de agricultura. Este grupo incluye a los países cuyos gastos del Estado (que incluyen ejército en algunos países) son los más altos de la región.

El grupo 4 es un grupo muy particular que se compone por Panamá y San Cristóbal y Nieves, dos países que tienen una fuerte intermediación financiera, pero también poseen el nivel de construcción más alto de la región, hasta 3 veces por encima del promedio. Casi no tienen peso la agricultura ni las minas.

Algunos sectores, como servicios, generan un alto valor agregado. Por ejemplo, la colocación de centros de llamadas para atención requiere una baja inversión inicial (teléfonos, sillas, computadoras, entre otras) y genera un gran valor agregado por cada llamada que puede ser atendida. Un día de trabajo de una persona que hable un idioma adicional en un call center, genera más valor agregado que un día de trabajo de un peón de construcción. Un país que oriente su economía hacia este tipo de servicios puede incrementar el PIB de manera importante. La base educativa que se requiere para poder hacer sostenible este proceso requiere de la capacitación en idiomas desde tempranas edades.

En el caso de la construcción existen diferentes aspectos a destacar en los países, porque presentan características interesantes sobre este sector. El caso con la mayor participación en el PIB es la isla de San Cristóbal y Nieves (Saint Kitts and Nevis), parte de la Mancomunidad Británica de Naciones. Es el país más pequeño del continente americano, con un territorio de 261 km² y una población de 55 000 habitantes. Su economía está orientada al turismo y las compras libres de impuestos. Como parte de sus políticas para atracción de inversión destaca el modelo de Ciudadanía por Inversión, que desde 1984, aplica el Gobierno de la isla (el modelo más antiguo de su tipo en el mundo). Esta política permite que un extranjero obtenga la ciudadanía si realiza una inversión de al menos 400 mil dólares en el país.

El segundo país con mayor peso del sector construcción en el PIB es Panamá. El impacto de la construcción del Canal de Panamá y el sistema del metro ha sido evidente y ha ocasionado que durante los últimos 5 años su valor llegue hasta un 16% del PIB. Se espera que, al finalizar la construcción del metro, se reduzca el peso del sector.

Es claro que Costa Rica requiere una urgente revisión de las políticas que promueven la construcción pues, si bien el valor y el sector ya se recuperaron de la crisis que se sufrió desde el 2008, la recuperación no ha tenido el mismo nivel que existe en otros países de Latinoamérica.

Proyectos promocionados como la construcción de carreteras y represas hidroeléctricas brindan un importante aporte a la participación de la construcción dentro del PIB. Algunos megaproyectos que se están discutiendo actualmente, como la construcción del metro, aeropuerto de Orotina, un posible canal seco, la represa de Diquís, entre otras, tendrían un impacto positivo.

Hay que rescatar que las obras de infraestructura pública y la construcción en general tienen un gran valor para la sociedad, pues no solo provocan el impacto positivo durante la construcción, sino que, una vez puesto en operación, hace que el país tenga un aumento en la producción de valor agregado en otros sectores.