Leonardo Suárez Matarrita a,c, Carmen Vásquez Stanescu b,c
a Máster en Energías Renovables y Eficiencia Energética.
Universidad de Costa Rica y Universidad de Barcelona, España. Comisión Energías Renovables CIEMI
b Ph.D en Ciencias Técnicas. Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre, Venezuela
c Red Iberoamericana de Transporte y Movilidad Urbana Sostenible (RITMUS)
Los efectos del cambio climático son atribuibles a las acciones de las personas e industrias que no han logrado entrar en el desarrollo de las tecnologías emergentes, que dan pie a la Cuarta Revolución Industrial, con la integración de conocimientos a través de los mundos físico, digital y biológico, evidenciando cambios disruptivos en los paradigmas de trabajo y comunicación por los gobiernos, instituciones y empresas privadas que se están reinventando, mejorando la eficiencia de los procesos y las nuevas formas de la utilización de los recursos.
En el marco de la Conferencia de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático (COP21), en el 2015 se firma el Acuerdo de París, cuyo objetivo fue acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para combatir el cambio climático y, de esta forma, garantizar un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono.
En este escenario, Costa Rica celebró en el mes de octubre del 2019 la PreCOP25, con la asistencia alrededor de 1500 personas representantes de más de 100 países. Durante este evento se compartieron experiencias en diferentes áreas asociadas a ciudades, movilidad sostenible, soluciones basadas en naturaleza, océanos, género y derechos humanos, consagrando el compromiso del cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030, establecidos por la ONU.
El Colegio de Ingenieros Electricistas, Mecánicos e Industriales (CIEMI) acorde con los intereses del país, participó activamente en la conferencia Movilidad y Energía Urbana Sostenible impartida por el Ing. Alan Blanco, en un espacio donde se debatieron modelos de desarrollo energético en conjunto con el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), la Organización de Estados Americanos (OEA), y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).
También, la Comisión de Energías Renovables del CIEMI y CFIA ha incentivado la capacitación profesional en tecnologías solares fotovoltaicas por medio de sus cursos teóricos y prácticos, que permiten a sus colegiados y profesionales extranjeros la certificación y aseguramiento de la calidad desde el diseño, inspección y ejecución de los proyectos fotovoltaicos en beneficio de la sociedad. Esto es un indicador de que el país participa activamente en la formación internacional de profesionales.
Costa Rica se ha destacado entre los países por su matriz eléctrica limpia. Para el año 2019, el 99,15 % de la electricidad generada ha sido por medio de energías renovables (ICE,2019)[1] (ver figura 1). En este sentido, según el Consejo Mundial de Energía (WEC), por quinto año consecutivo el país se encuentra en el TOP10 de los líderes en energías renovables del mundo.
Figura 1: Producción de energía eléctrica por fuente para el año 2019.
Figura 1: Producción de energía eléctrica por fuente para el año 2019.
Fuente: Generación y Demanda. Informe mensual, diciembre, 2019. ICE, CENCE.
[1] ICE, CENCE. (Diciembre, 2019). Informe mensual Generación y Demanda.
La oportunidad de descarbonización de la economía radica en el sector transporte, responsable del consumo de más del 60% de la matriz energética por combustibles fósiles importados, que no generan encadenamientos nacionales que reactiven la economía (ver figura 2).
Figura 2: Consumo final de energía por fuente para el año 2017.
Fuente: Balance de energía 2017. SEPSE, MINAE.
Con el Plan de Descarbonización 2018-2050, y la Ley de Incentivos y Promoción para el Transporte Eléctrico (Ley N.° 9518 del 2018), el sector transporte se está reinventando, para impulsar de manera intensiva la movilidad eléctrica a nivel institucional, por ejemplo el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) con la adquisición de una nueva flotilla vehicular eléctrica; a nivel privado, el uso de bicicletas eléctricas compartidas y la promoción del uso de vehículos eléctricos; y a nivel de alianzas público-privadas, mediante la adquisición de autobuses eléctricos.
También se está trabajando en la red de recargas eléctricas a nivel nacional, hoy con más de 172 puntos, creando rutas turísticas como la “Ruta Eléctrica Monteverde”, promoviendo en el corto plazo la disminución de gases efecto invernadero y de partículas en suspensión, mejorando así la calidad de vida de los ciudadanos.
Además, se proponen incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos, como la exoneración del Impuesto Selectivo de Consumo y del Impuesto a la Propiedad, no tienen restricción vehicular ni el pago de parquímetros, entre otros, que han sido aprovechados y lo convierten a Costa Rica en uno de los países de Latinoamérica con mayor número de importación de vehículos eléctricos por año.
Dado el impacto de la pandemia del COVID-19, se debe analizar la transición energética desde otros puntos de vista, considerando las nuevas oportunidades de negocio que han surgido de la mano con la cuarta revolución industrial, y que se incluyan aspectos relevantes como la desmovilización de las personas, el teletrabajo, el uso intensivo de las tecnologías de información, implicando la baja en los índices de contaminación y el uso de la energía, valorando así la seguridad energética que se ha tenido desde hace décadas y que se brinda también en tiempos de crisis.
Por lo que Costa Rica, es uno de los pocos países en el mundo que aceleradamente puede efectuar esta transición energética, dado que su matriz eléctrica está compuesta por fuentes renovables y no contaminantes.