Robert Garita Garita

Profesión: Arquitecto especializado en fabricación digital e innovación social.

Nombre y puesto que desempeña: manager para el QBIC FabLab, ubicado en el Qatar Business Incubation Center en Doha.

  1. ¿Qué oportunidades valora un profesional de la arquitectura en el exterior?

Las oportunidades de trabajar en el exterior se ven reflejadas en la posibilidad de desarrollar y fortalecer una serie de habilidades de gestión, liderazgo y ejecución a través de los proyectos y actividades en los cuales uno se debe involucrar, y que generan, además, una serie de experiencias socioculturales impresionantes.

Estas experiencias se vuelven más retadoras en lugares y territorios totalmente ajenos a nuestra realidad conocida, donde las tradiciones, comportamientos culturales, y la manera de ver el mundo son totalmente diferentes a los nuestros, permitiendo así romper una serie de barreras, estigmas y prejuicios culturales, políticos y, en algunos casos, hasta religiosos. Esta posibilidad de salir de nuestra zona de confort nos permite, a su vez, construir un carácter y desenvolvimiento profesional y personal  más empático, tolerante, abierto e inclusivo.

Otra oportunidad fundamental es el aprendizaje que se adquiere poco a poco sobre el contexto general, incluyendo el medio ambiente, y cómo esto reta la realidad a la que estamos acostumbrados; de inmediato se genera una serie de “choque de sensaciones”. En mi caso particular, esto ha sido muy tangible al vivir actualmente en un país del Oriente Medio, en donde las temperaturas pueden llegar a los 55 grados centígrados, y el porcentaje de humedad puede rondar el 90%. 

  1. ¿Cómo ha resultado ser su experiencia profesional en el exterior?

Tanto a nivel profesional como personal fue muy retadora al inicio. Sin embargo, en el pasado tuve la oportunidad de vivir 2 años fuera del país por razones de estudio. Este tipo de experiencias previas le permiten a uno adaptarse a diferentes entornos de una manera más resiliente.

La resiliencia es, sin duda alguna, una de las principales habilidades blandas a desarrollar para el siglo 21. Actualmente, estoy cursando una maestría en Innovación Social de manera online, y en una de las sesiones la profesora dijo un comentario que comparto al 100%: “Como profesionales, somos contratados por nuestras habilidades duras (todo el conocimiento académico curricular obtenido durante el proceso formativo formal). Sin embargo, la mayoría de las veces nos despiden o no logramos mantener un proyecto por nuestras habilidades blandas (resultado de una combinación de habilidades sociales, de comunicación, de forma de ser, de acercamiento a los demás, entre otras, que hacen a una persona dada a relacionarse y comunicarse de manera efectiva con otros).”

Al día de hoy, trabajar como director de un laboratorio de fabricación digital dentro de una incubadora en Qatar, me ha permitido llevar al límite ―positivamente hablando― el desarrollo de mis habilidades blandas gracias a la constante presión que requiere el proyecto y al manejo de personal.

  1. ¿Qué retos como profesional ha experimentado y qué puede decirles a los jóvenes profesionales?

A nivel profesional puedo acotar que los retos más constantes y recurrentes se asocian con la relación de un proyecto con el tiempo para llevarse a cabo, y al presupuesto disponible para que sea una realidad. Estos retos los he experimentado tanto en proyectos de innovación social de bajo presupuesto, como en proyectos que poseen un gran nivel de inversión. Sin embargo, el reto más motivador, que trato de incorporar en todos mis procesos, es el asociado a lograr un impacto social tangible.

Ahora bien, a nivel personal, mi reto siempre fue la falta de recursos económicos suficientes para llevar a cabo un logro u objetivo personal, pero esto nunca fue una limitación para hacerlos realidad. Aprender a gestionar es algo fundamental hoy en día. Muchas veces tenemos muy  buenas ideas, pero nuestra falta de desarrollo de habilidades blandas para la gestión limitan nuestro rango de acción, y nos mantienen sujetos y atados por nuestras propias limitaciones (casi siempre es un factor interno y no externo, como nos hacen o queremos ver).

Si algo he aprendido durante mi propio proceso es a tocar puertas, y muchas de ser necesario. Aunque la mayoría se vayan a cerrar, cuando se abran una o dos serán suficientes para hacer realidad nuestros propósitos.

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